viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo 36

01 de Mayo de 2011:

Habían quedado para tomar un par de cervezas en casa de Adrián y ver una película, como solían hacer tantas veces. Aquel día les apetecía pasar una tarde solos, sin los amigos. En la televisión se veía una escena romántica cada cinco minutos y ellos la comentaban entre risas y burlas, pero felices de saber que ellos no necesitaban ninguna película para sentir esos pequeños detalles.
A la tercera cerveza y los cincuenta minutos de la película, ya estaban cansados de prestar atención a esa pequeña pantalla. Ka bostezó por tercera vez.
-¿Tienes sueño?- le dijo él dandola un beso en la nariz.
-Esta mañana he madrugado para ayudar a mi madre a limpiar... Un horror.
-¿Quieres echarte en mi cama y dormir un poco?
Ka se lo planteó.
-No quiero dormirme y dejarte solo, aburrido.
-La película está muy interesante.
Ambos echaron a reír.
-No, enserio, Ka, vamos a mi cama, me tumbo a tu lado y a lo mejor me quedo yo dormido también.
Ka aceptó a regañadientes a pesar de que su cuerpo lo agradecía eternamente. Adrián cerró la puerta a pesar de que no había nadie más en su casa. Ka se tumbó en la cama y Adrián a su lado.
-Buenas tardes, princesa- bromeó él y la dio un ligero beso.
Ka sonrió y cerró los ojos. Se suponía que el sueño tenía que haberse apoderado de ella al instante y sin embargo le costaba concentrarse. Sentir el cuerpo de Adrián a su lado la ponía ligeramente nerviosa, a pesar de que no era la primera vez que dormía con él. Pero aquel día era diferente, sentía... calor.
Abrió los ojos y le miró. Allí estaba, con la mirada fija en ella. Su brazo rodeaba su delgada cintura, y su mano acariciaba lentamente su espalda.
-Adrián...- susurró.
-Dime, cariño.
-No puedo dormir...
-¿Por qué?
Ka no supo como explicárselo. Le acarició la nuca despació y empezó a besarlo. Subió su pierna por la cintura de él. Adrián se quedó atónico ante aquel beso tan ardiente, y pensó que tal vez aquel era el día. Ese día en el que él y Ka iban a hacer el amor.
Ka cogió su mano y la bajó más allá de la cintura para que él tomara la iniciativa. Y así fue, Adrián sin dejar de besarla empezó a acariciarla los muslos lentamente, hasta llegar a los botones del pequeño pantalón. Ka le ayudó a quitárselos, e hicieron lo mismo con los de él. Adrián siguió acariciando su cuerpo, desde la cintura hacia arriba, y se detuvo en sus pechos. Decidió quitarle la camiseta y el sujetador para poder observarlos al desnudo. Tomó uno con una de sus manos y lo aprentó ligeramente. Ka sintió un pinchazo en el corazón.
Poco a poco Adrián fue tomando más iniciativa. Terminó por desnudar a los dos. Besaba a Ka con la piel ardiendo. Acariciaba todo su cuerpo con ansia y se puso encima de ella. Ka notó todo el peso de su cuerpo encima de ella.

"No podía con él. Pesaba demasiado y ella estaba perdiendo su fuerza poco a poco. Cada vez sentía menos el frío suelo de aquel bosque un día de verano. Estaba desesperada, deseaba escapar de allí a toda costa. Estaba muy drogado, ella había bebido y notaba algo raro en el cuerpo. Le habían fallado las piernas y eso le dio un punto a favor a él para poder besarla..."

Ka miró al otro lado de la habitación. Adrián aprovechó ese giro para besarla lentamente su cuello, y morderle el lóbulo de las orejas.

"Podía notar la respiración agitada de él en sus oídos. Se estaba divirtiendo. Ka consiguió darle una patada y deshacerse de su abrazo para intentar huír. Pero él cogió una piedra que llegó a parar a su cabeza. Notó como la sangre mojaba sus mejillas..."

Adrián se hizo un hueco entre las piernas de ella y se pegó más aún a su cuerpo. Bajó sus manos a la cintura de ella para acomodar la suya. Estaban completamente desnudos.

"Le había arrancado las bragas. No se había puesto ni un preservativo. No había ni respetado aquello. Ka no sentía el cuerpo, y sin embargo era totalmente consciente de lo que estaba pasando. Veía al otro encima de ella, entre sus piernas, divirtiéndose, echándo todo su cuerpo sobre el de ella..."

Ka pegó un puñetazo a Adrián y le empujó hacia el otro lado de la cama. Agarró la sábana y se la enroscó en el cuerpo, y se fue corriendo de la habitación. Adrián salió detrás de ella, preocupado y totalmente desconcertado. Ka corría en dirección al comedor y Adrián alcanzó a agarrarla de la muñeca, pero ella se deshizo de él con un grito:
-¡No me toques! ¡No me toques!
Adrián se quedó con los ojos hiper abiertos y paralizado en el salón mientras Ka empezaba a llorar. En sus ojos había terror.
-No me toques, por favor...- dijo mientras se iba cayendo al suelo, donde enterró su cara en sus rodillas.
Adrián decidió vestirse y llevarle su ropa, sin acercarse mucho. No sabía qué había hecho ni qué tenía que hacer en ese momento.
-Vístete, no miraré- dijo dándose la vuelta.
Aquella situación era absurda y sin embargo Adrián estaba cagado de miedo. Ka no dejaba de llorar y de respirar agitadamente.
-Traeme... traeme una bolsa...- dijo ella ya vestida.
Adrián corrió hacia la cocina y cogió la primera que vio. Ka la abrió y se la puso en la boca para respirar. Él se quedó apoyado en la puerta del comedor sin atreverse a acercarse. Cuando ella se hubo tranquilizado, se sentó en el sofá.
-Lo siento mucho... - dijo todavía llorando.
-No, tranquila, pequeña... Tranquila...
Ka levantó los brazos en busca de los de él y Adrián se sentó a su lado corriendo, abrazándola y acariciándola el pelo.
-Shhh... no te preocupes, Ka, conmigo estarás bien...
-Lo sé... Lo sé...
-¿Qué ha pasado? Cuando estábamos intentando hacerlo estabas como distante... y disgustada... ¿Qué he hecho mal?
-No has sido tú, Adrián... Todo iba genial hasta que, me han venido recuerdos...
El cuerpo de Ka se puso rígido por la tensión. Sufrió una combulsión y apartó la mirada.
-Ka, ¿que pasó con tu vida para que llegases a sufrir todo esto?- fue directo Adrián.
Ka negó con  la cabeza. Adrián le cogió la cara con las manos y la miró a los ojos.
-Eh, pequeña, puedes confíar en mi. Quiero ayudarte.
Ka tragó saliva.
-Tenía quince años y una relación con un chico de más de tres años... Empezamos muy jóvenes, aunque él era uno o dos años más mayor que yo... Éramos la pareja perfecta del instituto, todo el mundo nos envidiaba. Pero yo era una niña inocente en busca de un principe azul, y él era un chaval a punto de entrar en un mundo lleno de mierda y dispuesto a arrastrarme a mi. Empezamos a ir a fiestas, botellones... Siempre por hacer todo lo que él me pidiera. Y se acostumbró a ello. Dejé de salir con mis amigas por él. Discutía con mi abuela por él. Y al final, llegaron los gritos, y el primer golpe. Fue una mañana que me negué a acostarme con él. A la semana nos invitaron a un botellón, aquí cerca del puente. Me convenció para ir, y para beber. Empecé a sentirme mareada y él lo aprovechó para apartarme de la gente y empezar a sobarme. Intenté negarme, intenté salir huyendo, pero se me paralizó el cuerpo y él...
La voz de Ka se quebró. Adrián estaba llorando con ella. No podía creerlo. No podía ser cierto... Ka se apartó el pelo de la cara y dejó mostrar su cicatriz.
-Esto fue una pedrada... Después me dio una paliza y escapó. Al poco tiempo me encontraron llorando, desnuda y llena de golpes en el suelo. Los médicos dijeron que posiblemente me habían drogado para violarme, pero no pudieron demostrar nada...
-Ka...
-Estuve ingresada y mi madre no fue capaz de venir a verme... Cuando volví al instituto todo el mundo me miraba mal como si yo hubiera tenido la culpa... Al final me cambié de instituto, oculté mi identidad, me convertí en otra persona...
-¿No le denunciaste?
-No. No tenía pruebas ni apoyo. Mi madre no vino a verme y me había quedado sin amigas por culpa de ese hijo de...
-Shhh, tranquila, Ka... Te juro que si te hubiera conocido antes no hubiera dejado que te hicieran eso... Quiero matar a ese hijo de puta...
Ka se agarró a su cuello, se sentía débil llorando tanto.
-Siento no poder hacerlo, ahora mismo no puedo...
-No, ni se te ocurra sentirlo... No lo sabía y me he dejado llevar por el calentón, Ka... Yo te esperaré el tiempo que haga falta. No lo dudes.
Ka se secó las lágrimas. Se sintió mucho más liberada. Por fin podía sentirse bien con alguien, podía contarle cualquier cosa. Ahora  mismo Adrián era la única persona que la conocía de verdad.
Ka le tocó el golpe hinchado que tenía Adrián en la cara por su culpa.
-Ah...
-Dios mío, Adrián, mira lo que te he hecho... ¿estás bien?
-Si, tranquila, pequeña... Estoy acostumbrado.
Ka sonrió, pero al instante se  le borró la sonrisa.
-¿Acostumbrado? ¿A qué?
Adrián torció el gesto y sonrió amargamente. Señaló el golpe.
-Este es mi día a día.
-¿Quién?- preguntó ella nerviosa- ¿Quién te hace eso?
-Mi propio padre.
Ka se quedó atónita. No se lo hubiera imaginado.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Es alcóholico, viene borracho y la paga conmigo...
-¿Y tu madre? ¿No dice nada?
Adrián bajó la mirada. Y Ka quiso morirse por un instante.
-¿Te acuerdas que el día que nos conocimos quería suicidarme?
Ka asintió con la cabeza.
-Encontré a mi madre en la bañera muerta. Se había cortado las venas.
Ka se quedó sin palabras. Recordaba que aquel día se reía de él pensando que jamás nadie habría tenido una vida tan dura como la de ella... Se equivocaba.
-Mi padre la maltrataba. La tenía agotada física y psicológicamente... Creo que ella también se drogaba.
-Tampoco denunciaste nada...
-Sobre el maltrato a mi madre no podía demostrar nada... Y el mío, si me deja marcas pienso, ¿a dónde voy si sólo me queda mi padre?
Ka abrazó fuertemente a Adrián. Le besó mil veces. Nada era suficiente para compensar todo el dolor que habían compartido en ese instante. Adrián puso sus manos en sus hombros y la miró a los ojos.
-Pase lo que pase, prométeme que me contarás todo y sobretodo, si alguien te vuelve a hacer daño.
Ka sonrió he hizo el mismo gesto que él.
-Prométeme que tú también lo harás. Creo que hoy no deberíamos hablar más de estos temas, pero deberíamos intentar buscar una solución...
-Ya lo haremos...
Adrián la abrazó y Ka se apoyó en su pecho, con una sensación extraña entra rabia, odio, tristeza y felicidad.
-Parece que ya sabemos nuestras cosas más íntimas- dijo él.
-No- sonrió ella-. Me llamo Kairi.
Adrián la miró asombrado. Jamás pensó que le diría su verdadero nombre.
-¿Kairi?
-Me lo puso mi padre antes de desaparecer. Por lo visto viene de un videojuego, no me acuerdo cuál. Significa diosa del mar, o mar...
-Como el mío...
-Adrián, te quiero.
-Te quiero... Kairi.

1 comentario:

  1. Muy bueno me encanta :), sigue escribriendo que se te da genial ^^

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