martes, 31 de diciembre de 2013

Capítulo 37

06 de Mayo de 2011:

Ka se levantó aquella mañana decidida a cambiar su vida. A cambiar ella.
Después de comer se vistió con uno de sus mejores vestidos primaverales que escondía en el fondo del armario y sonrió al espejo tras una fina capa de brillo en sus labios. Había avisado a Adrián de que iría a verle. Quería comerse el mundo, y a él a besos.
Todo resultó ser una tarde normal hasta que la nueva película, esta vez una comedia, emitió una escena de sexo.
Ka miró por el rabillo del ojo a Adrián. Sabía que estaba tenso por lo del otro día, y no quería que eso se interpusiera a los planes que ella ya tenía.
Le acarició la palma de la mano y se acercó lentamente a él. Cuando Adrián menos se lo esperó, tenía a su novia besándole el cuello.
-Ka...
-¿Qué?- susurró ella.
-¿Qué estás haciendo, cariño?- respondió entrecerrando los ojos.
Ka sonrió. Había hecho efecto. Le miró y le besó.
-Déjate llevar...
Adrián la respondió con más besos. Entendía perfectamente que vendría después.
-Ka, no creo que sea buena idea- dijo Adrián en el sofá de su casa.
Ka le sonrió.
-Adrián, quiero entregarme a ti. Quiero volver a intentarlo. Esta vez sabes quién soy, sabes mi pasado. Puedes llamarme por mi nombre.
-Kairi...
Ka le dio un beso en los labios.
-Adrián, quiero hacer el amor contigo.
Adrián sonrió. Él también quería hacerlo con ella, pero le daba miedo que volviera a salir tan mal como la primera vez que lo intentaron. Antes que el placer estaba ella y sus sentimientos, no quería arriesgarse a herirla una vez más.
-Kairi, no me hagas esto... No quiero volver a verte llorar como te vi llorar aquella tarde.
-Aquella tarde es aquella tarde. Hoy es hoy, y estoy segura de que hoy quiero ser completamente tuya.
Adrián la volvió a mirar. Veía seguridad en sus ojos y una chispa de emoción. Sonrió. Quizás deberían intentarlo.
Ka se sentó encima de él y empezó a besarle el cuello. Adrián agarró sus caderas, y la retiró.
-Espera, quiero lugarte a un lugar especial. Coge tu chaqueta.
-¿A dónde me llevas?
-Ya lo verás, cojo una mochila y nos vamos.
Adrián se encerró por unos minutos en su cuarto y salió con una mochila. Le dio un beso a Ka y la dejó salir primero a ella de la casa. La agarró de la mano.
Caminaron alrededor de media hora bosque adentro. Ka no paraba de preguntar a dónde iban, ansiosa de conocer su destino. Adrián se reía.
-No es un sitio ni mucho menos lujoso, ni bonito, la verdad...
-Con eso no puedo llegar a imaginar un lugar.
-Tenemos suerte de que sea primavera y no invierno- dijo él también.
-¿Eso es otra pista?- refunfuñó ella.
-No seas impaciente. Quedan apenas cinco minutos.
Y efectivamente, en apenas cinco minutos Ka se encontró enfrente del lugar donde Adrián había decidido hacer el amor con ella. Era una casa que parecía estar echa de madera. Las ventanas estaban rotas, y de ellas colgaban sábanas que ocultaban su interior. La puerta estaba cerrada y sin embargo Adrián sacó de la mochila la llave que la abría.
-¿Es una casa abandonada?
-Si, lleva abandonada como diez años. Antes era más bonita, pero los vecinos tuvieron que mudarse y nadie quiso comprarla. Está muy apartada del mundo.
Ka entró con miedo en la casa, y sin embargo se llevó una sorpresa. Por dentro estaba mejor conservada y no daba apenas miedo. Era almplia y tenía las paredes pintadas de verde. También había dibujos de niños. En el centro había un colchón de matrimonio sin sábanas, y al lado una mesa con una radio. Más allá había un minibar.
-Vaya... Parece como si viviera alguien aquí...
-Si, mi madre y yo solíamos pasar tardes y tardes aquí. Cuando discutía con mi padre se iba de casa algunos días, y nos escondíamos aquí... Traíamos sábanas y comida...
Ka le miró sorprendida. Entendía de sobra que aquella casa era uno de los mayores secretos de su novio, como su nombre para ella.
-Sabíamos que los vecinos se habían mudado, y habían dejado una llave justo en una de las ventanas. Fue un golpe de suerte encontrarnos con este pequeño cielo en medio de nuestro infierno, ¿no crees?
-Asi es...
Ka dio una vuelta por la casa mientras Adrián ponía unas sábanas que había sacado de su mochila al colchón.
-Ahora está más sucia porque desde que murió mi madre apenas he tenido fuerza para volver... Pero contigo es diferente.
Adrián abrazó a Ka por detrás.
-¿Ponemos música?
Ka asintió, nerviosa. Había llegado el momento.
Adrián encendió la radio y buscó una cadena que se escuchase bien. Sonó una canción y ambos se miraron y sonrieron. Forever Young.
-Nuestra canción- susurró él acercándose.
-Nuestro momento- le besó ella ligeramente en los labios.
Se abrazaron y empezaron a bailar lentamente. A veces se pisaban sin querer pero apenas lo notaban. El mundo giraba en torno a ellos y sólo tenían atención para sus labios bailando unos dentro de los otros. Adrián fue desnudándola poco a poco. Ella le siguió el juego quitándole la ropa a él. Cuando estuvieron en ropa interior, Adrián la tumbó con cuidado en la cama. Le besó el cuello, y ella cerró los ojos para disfrutarlo. Sentía mucho deseo. Le acarició la espalda, y luego el pecho. Probó a besarle el cuello. Adrián le quitó el sujetador, esta vez con mucho más cuidado. Acarició y besó sus pechos, mirándola a los ojos. Ka estaba muy sonrojada, pero la notaba feliz y tranquila. Todo estaba bien.
Sus manos chocaron cuando ambar buscaron el mismo destino: sus cinturas. Sonrieron, y terminaron de desnudarse. Tocaron cada rincón del cuerpo del otro mientras se besaban apasionadamente. Adrián acarició la mejilla de Ka:
-¿Estás preparada?
Ka asintió, sonriendo.
-Te quiero, y quiero ser tuya.
Adrián la besó mientras buscaba hueco entre sus piernas. Ka le ayudó rodeando su cintura con sus piernas. Adrián no dejó de besarla ni un instante, mientras poco a poco se fundía con ella, preocupado de ver su reacción, de no hacerla daño. Pero Ka sólo podía abrir ligeramente la boca, soltar suspiros y sonreír mientras le miraba. Por fin eran sólo uno.

Varias horas después Kairi seguía tumbada sobre el pecho de su novio. Acababan de perder la virginidad y había sido más bonito de lo que ambos esperaban. Adrián la besó en los labios.
-Mejoraré con el tiempo- la prometió.
Ka rio.
-Y yo. Mejoraré contigo- se sonrojó.
-Me ha gustado mucho, Kairi...
Ella le apretujó entre sus brazos.
-Adrián, creo que a partir de ahora nada más nos puede ir mal. Jamás había pensado que podía llegar a dar este paso con alguien... Enamorarme y hacerlo...
-Yo jamás pensé que alguien me fuera a amar.
-Es imposible no hacerlo.
Adrián sonrió. Miró el reloj de su muñeca.
-Son las nueve. ¿Quieres que vayamos a mi casa a cenar?
Ka sonrió, y le besó poniéndose encima.
-No, espera. Déjame probarlo otra vez...

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